Como veis ha crecido un montón pero en lo que no cambia nada es en lo
mimosón, en cuanto se le acaricia un poco se pone a ronronear como un
loco...Es todo ternura!!!
Aún se asusta cuando viene visita a casa; sale corriendo y se mete debajo
del edredón de la cama que compartimos sus papas, su hermanita Nala y él.
Teníamos miedo de que Nala, que ya llevaba más de un año con nosotros, no lo
aceptara, pero no pasó ni una semana cuando al volver a casa del trabajo una
tarde, ella pidiera a gritos que le abriéramos la puerta que le separaba del
pequeño.
Ahora es una gozada verles juntos durmiendo, jugando, comiendo...
Hace poco ha descubierto lo fresquita que sale el agua en el lavabo y cada
cinco minutos nos avisa para que le abramos el grifo, y para que le demos
comida blanda que si por él fuera se comería una lata y un platito de pienso
cada cinco minutos; está hecho un tragoncete.
Aún está en tratamiento por la rinotraqueitis que le provoca muy a menuda
conjuntivitis, y su oftalmólogo nos dice que tendrá que estar así mucho
tiempo, pero aún así, él no pierde esa vitalidad y alegría.
Sin duda es un gatito especial y estamos encantados todos en casa de haber
tenido la grandísima suerte de adoptarlo.
Mil gracias a GATA